La presidenta de Croacia,renunció a su sueldo para apoyar a su equipo.

Los espectadores en la sección VIP de la Copa Mundial de la FIFA tienden a ser un equipo mucho más tranquilo e impasible que los fanáticos en otras partes del estadio. Sin embargo, en la final del domingo entre Francia y Croacia, el presidente croata Kolinda Grabar-Kitarović fue literalmente brillante en la multitud.

Vestido con una camiseta roja y blanca del equipo, Grabar-Kitarović pasó la mayor parte del juego en pie, vitoreando en apoyo de un equipo que finalmente perdió la final de 4-2. Antes de ser invitado a la sala VIP como invitado del presidente ruso Vladimir Putin, Grabar-Kitarović vio cada una de las apariciones de su equipo desde la tribuna con sus seguidores croatas.

Los días que estuvo en Rusia los tomó a cuenta de vacaciones sin goce de sueldo y al regresar a su país hará que se le descuenten de su salario. De igual forma, pagó de su bolsillo los gastos de hospedaje, los boletos al juego y el vuelo hacia Rusia, que por cierto fue en clase turista.

Ser un refuerzo visible para un equipo ganador es una de las partes más divertidas de ser un líder. Croacia nunca antes había llegado a una final de copa mundial y el equipo, liderado por el capitán Luka Modric, fueron héroes nacionales.

Pero cuando todo terminó y Croacia tuvo que contar con la derrota profundamente decepcionante, Grabar-Kitarović estuvo tan presente y apoyado como lo había estado durante su ascenso. 

En la última Copa del Mundo de 2014, el ex presidente José Mujica de Uruguay se hizo famoso como el "presidente más pobre del mundo". Vivió en una granja, manejó un automóvil modesto y donó el 90 por ciento de su salario de $ 12,000 (Sh1.2 millones) a obras de caridad, quedando con solo $ 774 (Sh78,000).

El valor del liderazgo por encima del partidismo, de hecho, lo escribió en la constitución de Croacia. Antes de su elección en 2015, Grabar-Kitarović era miembro de la Unión Democrática Croata de centroderecha, pero dimitió inmediatamente del grupo tras su elección. Los presidentes en Croacia no pueden tener ninguna afiliación partidista en el cargo. Como líderes, deben representar a toda una nación, y no puede haber ninguna pregunta sobre el equipo en el que se encuentran.